Las aplicaciones de la energía solar fotovoltaica son muchas y hay que tener en cuenta diferentes factores tal y como hemos visto en anteriores artículos. Desde grandes plantas fotovoltaicas para la producción de energía eléctrica a gran escala hasta una pequeña célula fotovoltaica situada en una calculadora.
Una aplicación cada vez más común es la utilizada en comunidades de vecinos, oficinas, industria o viviendas unifamiliares, como obtención de energía eléctrica para el autoconsumo. Ya que se consigue una energía eléctrica limpia y gratuita el único inconveniente es la inversión inicial, pero con un pequeño estudio se comprueba que en poco tiempo se tiene totalmente amortizada la instalación. Incluso según la normativa vigente se podría verter la posible energía sobrante producida y venderla a la compañía eléctrica.