¿Qué hacemos con las ideas?
En un pensamiento tradicional podríamos decir que las ideas nacen, se evalúan, se desarrollan o se descartan y finalmente se llevan (o no) a la práctica. Pero nosotros vamos a tratar de aportar algún otro enfoque.
El nacimiento de una idea es algo que no controlamos; lo podemos fomentar pero llega cuando llega y como llega. Una idea es como un diamante en bruto: hay que darle forma. Esto es un proceso reflexivo y con un cierto componente racional; sin embargo el nacimiento de la idea es un proceso más espontáneo y con un mayor componente emocional. Los estados anímicos del nacimiento de una idea y de su conformación posterior son distintos, por lo tanto debe haber una ruptura en el tiempo entre ellos: lo primero que tenemos que hacer con una idea es dejarla reposar.