Cómo ahorrar energía en la industria del plástico II

Industria del plástico

Cómo ahorrar energía en la industria del plástico II

Hasta ahora hemos visto en los artículos anteriores dedicados a la jornada del plástico organizada recientemente por AVEP y AVAESEN técnicas y pautas para disminuir la demanda energética de nuestra industria. Es el primer paso básico ya que la energía más barata es la que no se consume. Vamos a abordar ahora la otra cara de la moneda, cómo obtener la energía necesaria para cubrir nuestra demanda.

Si necesitamos calor podemos obtener energía del sol mediante la energía solar térmica. No obstante esta tecnología presenta una serie de limitaciones. Por una parte el agua caliente se genera a baja temperatura y puede no ser suficiente para nuestro proceso, y por otra parte hay que acoplar las curvas de producción y demanda. Si en algún momento la producción está por encima de la demanda hay que acumular o disipar. En la práctica todo ello limita estas instalaciones a la producción de un pequeño porcentaje de nuestra demanda por lo que su influencia no puede ser muy significativa en el ahorro total.

Lo que siempre tenemos es demanda de electricidad y aquí la energía fotovoltaica puede jugar un papel importante. Generalmente tendremos una cubierta industrial que podemos aprovechar para ubicar las placas. El problema de acoplar las curvas de producción y demanda lo podemos solventar con sistemas de acumulación. Estos sistemas pueden actuar a su vez de una forma inteligente para eliminar los picos de demanda y reducir las necesidades de potencia contratada ayudando a rebajar este término en nuestra factura.

Las rentabilidades medias de las instalaciones fotovoltaicas se sitúan alrededor de 10 años pero su vida útil es muy elevada. La mayoría de fabricantes ofrecen garantías de más de 25 años y su duración real se desconoce ya que hay plantas en operación desde hace más de 40 o 50 años y siguen produciendo electricidad.

Además de la energía fotovoltaica la otra gran fuente de producción que nos brinda la naturaleza es la energía minieólica. Conceptualmente es muy similar a la fotovoltaica aunque presenta diferencias en cuanto a su ubicación física. En principio en un entorno industrial no tiene por qué suponer un problema, pero hay que encontrar una ubicación adecuada y en principio no es tan inmediata como en el caso de las placas fotovoltaicas.

Lo ideal es combinar ambas tecnologías, la minieólica y la fotovoltaica, y ello es debido a que se complementan muy bien. Por lo general cuando tenemos mucho sol tenemos menos viento, y los días de menos soleados son cuando suele soplar más el viento. Si superponemos los atlas eólicos con los mapas solares vemos claramente lo que hemos dicho. De esta forma, combinando ambas técnicas e incluyendo acumulación podemos conseguir curvas de producción bastante planas que se acoplen muy bien con nuestras curvas de demanda.

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