Dirigir y orientar. El gestor y el líder
Una vez hemos identificado nuestros objetivos dentro de nuestra organización vamos a clasificarlos en dos montones: los del corto y los del largo plazo; los que responden al día a día y los que responden a cosas que tenemos en mente y queremos cambiar; los que responden al presente y los que responden al futuro.
Realmente estos dos grupos de objetivos responden a dos funciones básicas que desempeñamos: dirigir y orientar.
Mediante la dirección hacemos frente a la complejidad. La dirección aporta orden, coherencia y método, consistiendo en la aplicación de una serie de procedimientos más o menos formales que cubren las diferentes eventualidades que nos surgen en el quehacer diario. La dirección es la respuesta a una realidad conocida de nuestro entorno, prevista en mayor o menor medida, mediante la aplicación de una serie de procedimientos.
Mediante la orientación hacemos frente al cambio. La orientación aporta flexibilidad y creatividad, y consiste en la modificación de los usos, prácticas y en definitiva procedimientos actuales para cubrir posibles eventualidades futuras. La orientación es la respuesta a un futuro desconocido de nuestro entorno.
A menudo pensamos que todos estos objetivos pueden ser llevados a cabo con éxito por una misma persona pero en realidad estos dos grupos esconden dos perfiles completamente distintos: el del gestor y el del líder.
El gestor es especialista en dirigir. Sus tareas consisten en planificar y presupuestar, organizar y dotar los recursos necesarios, controlar la gestión y resolver las incidencias que puedan surgir en el día a día.
Sin embargo el líder es el especialista en orientar, en señalar el camino a seguir. Sus tareas consisten en identificar los retos futuros y los mejores caminos para alcanzarlos, poner de acuerdo al equipo y motivarlo.
Es muy frecuente confundir ambos roles en las organizaciones. Un buen gestor no tiene por qué ser un buen líder ni viceversa. Todos podemos pensar en ejemplos de nuestro entorno. Gente que es capaz de movilizar a los demás por una causa pero que sin embargo de puertas hacia dentro es un completo desastre. O al revés, gente metódica y ordenada que es capaz de funcionar como un reloj pero que luego no es capaz de movilizar a nadie.
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