Puedes utilizar la energía eléctrica producida por los paneles fotovoltaicos directamente en forma de corriente continua o mediante un inversor que se encarga de transformarla en corriente alterna. Si no la necesitas en ese momento también puedes almacenarla en baterías para utilizarla posteriormente. Un regulador inteligente se encargará de controlar que la energía producida tenga el mejor destino en todo momento. Y si quieres un mayor aprovechamiento podemos instalar sistemas automáticos de seguimiento.
La energía fotovoltaica no genera emisiones de CO2 y es gratuita. La instalación apenas tiene partes móviles por lo que su vida útil es muy prolongada, garantizando una alta rentabilidad y un excelente retorno de las inversiones.
Un interlocutor único se encargará de todas las fases del proyecto: diseño, instalación, puesta en marcha y legalización ante los organismos competentes. Todos los costes y los plazos de ejecución serán conocidos de antemano para que no tengas sorpresas.