Factores de rentabilidad en los Espacios de Alto Rendimiento Energético

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Factores de rentabilidad en los Espacios de Alto Rendimiento Energético

El objetivo en los Espacios de Alto Rendimiento Energético consiste en obtener el mejor compromiso entre inversiones y gastos en términos económicos. Pero este compromiso no es inmediato ni sencillo de calcular a priori ya que entran en liza muchos factores, algunos de ellos contrarios y otros incluso aleatorios.

Estos factores los podemos dividir en tres bloques: la demanda energética de partida, la envolvente del espacio, y las instalaciones que producen y consumen energía. Los factores del primer bloque tienen componentes aleatorios y escaso margen de actuación, mientras que los otros dos tienen menor componente aleatorio pero sí margen de actuación.

Estamos en definitiva ante un conjunto de factores variables, algunos por su carácter aleatorio y otros porque tienen margen de actuación, que condicionan el comportamiento energético del espacio.

La demanda energética de partida es el resultado de dos factores: las condiciones externas y el uso del espacio. Las condiciones externas vienen fijadas por la ubicación geográfica, aunque hay aspectos de diseño que pueden afectar a las mismas como son por ejemplo la orientación. Son aleatorias aunque a menudo se modelan en base a medias históricas de observaciones realizadas.

Por su parte el uso del espacio viene determinado por las características de la organización. Es también aleatorio y a menudo se modela en base a estimaciones por lo que resulta mucho menos preciso. Sin embargo hay un detalle que casi siempre se obvia: vivimos en un entorno cambiante y las necesidades son también cambiantes, por lo que el uso del espacio en un horizonte temporal amplio puede tener una alta variabilidad, además del mencionado carácter aleatorio.

La envolvente de espacio es un factor variable en la medida que es un factor de diseño. Afecta a la demanda energética ya que por ejemplo a mayor grado de aislamiento menor demanda de climatización. Pero también a la inversión ya que esta depende de los materiales empleados.

Por último en el tercer bloque tenemos las instalaciones que producen y consumen energía. Este es un campo muy amplio ya que son muchas las tecnologías disponibles hoy en día y no es nuestra intención enumerarlas ni enunciar las bondades de unas u otras. Sin embargo sí que haremos algunas reflexiones:

La primera es que en función de las tecnologías empleadas las fuentes de energía pueden ser muy distintas: electricidad, gas natural, biomasa o incluso el sol o el viento. Ello hace que el factor precio dependa de la tecnología.

La segunda es que las instalaciones que producen energía también la consumen en mayor o menor medida, y por lo tanto afectan a la demanda energética.

Y la tercera es que algunas fuentes de energía como el sol o el viento tienen un carácter aleatorio, aunque lo podemos modelar nuevamente en base a experiencias históricas previas.

El resultado de todas estas variables para una solución concreta es una inversión en envolvente e instalaciones, un gasto en mantenimiento y un gasto en energía. El Espacio de Alto Rendimiento Energético es el que presenta la combinación de todos estos factores que optimiza la rentabilidad, y que como hemos visto en artículos anteriores se calcula en base a técnicas de simulación.

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