
La privacidad como concepto flexible
Hemos visto en artículos anteriores cómo la privacidad es un concepto que vuelve al diseño de espacios de trabajo para dar respuesta a las necesidades de concentración y confidencialidad que tienen los trabajadores en las empresas tanto a nivel individual como colectivo. Hemos visto también que estas necesidades son cambiantes en el tiempo.
Ahora bien, se trata de un concepto flexible. En primer lugar podemos hablar de privacidad acústica y visual. El primer caso responde a la necesidad de no oír o no que no nos oigan, y el segundo a la necesidad de no ver o no ser vistos. Es importante determinar qué tipo de privacidad necesitamos ya que la comunicación es otro elemento esencial en las organizaciones y podemos implementar soluciones de privacidad acústica manteniendo la comunicación visual y viceversa.
Centrándonos ahora en la privacidad acústica podemos establecer dos grados, el distributivo y el separativo. El grado distributivo es el que se aplica a diferentes estancias dentro de un mismo uso, y el grado separativo corresponde espacios con diferentes usos. Estos dos grados dan respuesta a las necesidades de concentración y confidencialidad respectivamente.
Pasando ahora a la privacidad visual también encontramos dos grados, con paso o sin paso de luz. La privacidad visual no implica necesariamente compartimentación ciega ya que pueden emplearse elementos traslúcidos que den una mayor sensación de espacio y desahogo y mayores posibilidades estilísticas en el diseño.
Por último tenemos un componente individual e incluso subjetivo en la privacidad. Por ejemplo, pensando en la concentración no todas las personas necesitan el mismo nivel de aislamiento. O en la confidencialidad, no todos hablan con el mismo tono de voz. El carácter más o menos extrovertido de las personas también condiciona sus necesidades.
La conclusión es que la privacidad es un concepto flexible que se modula en función de parámetros objetivos como los requerimientos visuales y acústicos y otros aspectos subjetivos como la introversión.
Por lo tanto las soluciones de compartimentación idóneas para dar respuesta a estas necesidades deben ser también flexibles, siendo los tabiques mampara los productos que mejor reflejan esta filosofía.
Con los tabiques mampara, también llamados particiones, divisorias o simplemente mamparas de oficina, podemos conseguir diferentes niveles de acústica y jugar con tabiques ciegos o vidrieros, transparentes o traslúcidos, según las necesidades concretas de privacidad de nuestro caso.
Ahora bien, no todas las mamparas son iguales. Los productos más evolucionados permiten trabajar con un amplio rango de superficies y acabados para dar respuesta a todos los requerimientos funcionales y estéticos de nuestra nueva oficina. Además solo los productos más elaborados podrán garantizar el cumplimiento de los niveles de acústica distributiva o separativa según el caso tanto en las soluciones ciegas como las acristaladas.
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