
Oficinas con energía solar
El sol es una fuente de energía inagotable y gratuita que tenemos a nuestra disposición. El aprovechamiento de la energía solar puede realizarse de dos formas: tomando su calor directamente para cubrir una determinada demanda térmica o transformando su radiación en electricidad para autoconsumo o venta a la red eléctrica si la legislación nos lo permite.
La rentabilidad de una instalación de energía solar vendrá determinada por el ahorro energético que obtenemos con su uso, los gastos de operación y mantenimiento y la amortización de la inversión, algo por otra parte aplicable a todas las energías renovables. En general podemos decir que el factor clave son las horas de operación que finalmente condicionan los ahorros conseguidos puesto que los otros dos factores son fijos.
En el sector de oficinas se funciona generalmente en horario laboral, lo cual hace que la curva de demanda energética coincida en buena medida con el horario solar. Es decir, el aprovechamiento de la energía solar en el sector de oficinas puede llegar a ser óptimo.
Vamos a ver el caso de la energía solar térmica, aquella que aprovecha directamente el calor del sol. Sus aplicaciones son fundamentalmente dos: la producción de agua caliente sanitaria y la calefacción. Está especialmente indicada en sistema de calefacción a baja temperatura como son los suelos radiantes, que además son los sistemas que proporcionan un mayor confort climático.
Los sistemas de energía solar térmica funcionan con un circuito primario donde se toma el calor del sol y se almacena en forma de agua caliente en un depósito acumulador. El calor se aprovecha mediante un circuito secundario de calefacción o agua caliente sanitaria, o con cualquier otro proceso.
En oficinas el uso de agua caliente sanitaria no es relevante ni tampoco suele haber otros procesos que demanden calor, pero sí es importante la calefacción puesto que contribuye en gran medida al bienestar de los usuarios. Hoy en día el bienestar está considerado un factor clave en el éxito de las organizaciones ya que influye directamente en la productividad. Y el confort climático es uno de los elementos que determinan el bienestar en mayor medida.
Mediante el circuito secundario de la instalación solar térmica podemos abastecer las necesidades de calefacción de nuestra oficina. Si este circuito consiste además en un suelo radiante el confort climático será óptimo como también lo será al ahorro energético. Dado que las horas de operación de la oficina coinciden en gran parte con las horas de radiación solar el aprovechamiento de la energía solar será muy alto.
El aprovechamiento podemos extenderlo más allá de las horas de radiación solar gracias al depósito acumulador, que puede “guardar” el calor para su uso durante algún tiempo una vez se haya ido el sol. El correcto dimensionado de este depósito será uno de los factores importantes a la hora de diseñar la instalación puesto que condicionará el ahorro que es posible obtener.
En lugares donde hay muchos meses con necesidades de calefacción a lo largo del año esta es una excelente opción para ahorrar energía de forma respetuosa con el medio ambiente obteniendo por ello una rentabilidad. En lugares donde además se necesita refrigeración existen posibilidades como los sistemas de absorción que permiten producir frío a partir de calor. En este caso podemos utilizar las mismas tramas radiantes de calefacción para tener un suelo radiante refrescante.
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