Este sistema mantiene la envoltura exterior y la estructura del edificio en condiciones de temperatura y humedad estables, contribuyendo de manera decisiva al mantenimiento de los materiales de construcción a lo largo del tiempo, impidiendo así la degradación causada por estas oscilaciones como pueden ser grietas, fisuras, infiltraciones de agua, fenómenos de disgregación, manchas, mohos… es decir, multitud de patologías en la envolvente de nuestro edificio.
SATE es idóneo tanto para proyectos de nueva construcción como para rehabilitación de edificios existentes, mejorando considerablemente sus prestaciones térmicas y acústicas, seguridad contra el fuego y transpirabilidad para un ambiente interior más saludable.