
Ventajas de la etiqueta de certificación energética
La etiqueta de calificación energética de los edificios tiene muchas ventajas que van más allá de su obligatoriedad en caso de venta o alquiler del inmueble. No debemos pensar en hacer algo solo porque nos obligan, sino reflexionar sobre su conveniencia independientemente de que nos obliguen o no a ello.
En muchos casos la etiqueta no es preceptiva, pero casi siempre es algo conveniente. ¿Qué conseguimos con la etiqueta? Lo primero saber cuál es el comportamiento energético de nuestro local. Si la calificación es buena sabemos que estamos bien, pero si es deficiente sabemos que tenemos un potencial de mejora donde poder ahorrar en gasto energético.
Otra ventaja de tener la etiqueta es que el informe de certificación nos indica posibles mejoras para obtener mayor calificación. Esto es muy importante porque el certificado no se limita a decirnos cómo estamos, sino también qué podemos hacer para mejorar. Y este es uno de los puntos fundamentales que distinguirá un certificado de otro. Un certificado que proponga buenas mejoras es un elemento muy valioso porque por muy poco coste le está diciendo al usuario cómo puede ahorrar mucho dinero.
La tercera ventaja es hacer visible nuestro compromiso con el medio ambiente. Una persona, empresa o entidad que sin tener la obligación legal hace una determinada acción, muestra un compromiso con dicha acción. La etiqueta de calificación energética es una forma sencilla, clara y barata de mostrar y hacer visible nuestro compromiso con la sostenibilidad.
Y por último, por qué no decirlo, si ya tenemos la etiqueta y más adelante decimos vender o alquilar nuestro local, no tendremos que andar corriendo para hacerla.
Imágenes cedidas por Steelcase
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