¿Puede ser rentable la microcogeneración en oficinas?
La microcogeneración resulta una técnica muy atractiva por la elevada rentabilidad que presenta. No obstante no siempre es posible implantarla ya que requiere un consumo constante de calor y electricidad y su rentabilidad depende del número de horas de funcionamiento al año.
El sector de oficinas a priori no parece el más adecuado ya que su funcionamiento está limitado a un horario laboral más o menos amplio a lo largo del año. De las 8.760 horas que tiene un año una oficina en condiciones normales puede funcionar digamos entre 2.500 y 3.000 horas, lo cual supone un porcentaje entre el 30% y el 35% aproximadamente que se nos antoja algo bajo para rentabilizar adecuadamente una instalación de microcogeneración.
Pero existen técnicas mediante las cuales podemos superar este inconveniente. La demanda de calor en una oficina está asociada sin duda a la climatización. En función de la zona climática donde esté ubicada esta tendrá una mayor o menor proporción de calefacción y refrigeración. El primer paso será transformar todas estas necesidades en demanda térmica mediante la aplicación de técnicas de absorción para conseguir producir frío a partir de calor.
Para lograr una mayor estabilización horaria podemos emplear depósitos de inercia que acumulen en calor durante determinadas horas y lo liberen durante otras. De esta forma podemos suavizar la curva de demanda térmica pasando de un perfil tipo escalón a un perfil ondulado. Mediante esta técnica podemos prácticamente duplicar el número de horas de funcionamiento al año pasando a porcentajes de utilización entre el 60% y el 70% que ya permiten amortizar la instalación en muchas mejores condiciones.
El otro problema lo tenemos en el consumo eléctrico que en principio no existe o es residual durante las horas de no utilización de la oficina. Pero nuevamente podemos aplicar técnicas específicas como la acumulación mediante un sistema de baterías que nos permita guardar la electricidad producida durante las horas en que la oficina está cerrada para su uso cuando está abierta.
Esto resulta especialmente rentable ya que el consumo eléctrico de las oficinas se produce en gran medida en horas punta con las tarifas más desfavorables. Sin conseguimos bajar este consumo produciendo nuestra propia electricidad lograremos un importante ahorro.
Mediante estas técnicas hemos pasado de perfiles de consumo térmico y eléctrico tipo escalón a perfiles ondulados pero resulta obvio que difícilmente obtendremos curvas de demanda planas. Esto nos lleva al último punto a considerar: la conveniencia de disponer de grupos de microcogeneración modulantes, capaces de funcionar en un amplio rango de cargas.
En definitiva, aplicando las soluciones adecuadas el sector de oficinas también puede beneficiarse de las técnicas de microcogeneración.
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