Diseño y ahorro deben ir juntos
En nuestros espacios queremos diseño y queremos alto rendimiento energético. ¿Por qué ambos conceptos han de ir separados? Hoy en día lo queremos todo: por eso diseño y ahorro deben ir de la mano.
El diseño es irrenunciable. Un espacio debe cumplir una serie de requisitos operativos y funcionales que son su razón de ser. Y su estética debe proyectar la cultura e imagen de la organización. Por lo tanto el diseño va ligado al espacio desde su misma concepción.
El ahorro es menos evidente y tenemos tendencia a dejarlo para después. Pero el diseño nos condiciona el comportamiento energético desde el primer momento. Por lo tanto si queremos un espacio que consuma poco tenemos que incorporar este parámetro en el pliego de condiciones del diseño. Y comenzar a diseñar teniendo en cuenta todos los factores energéticos desde el primer momento.
Juntos desde el primer momento es como conseguiremos el mejor diseño con el mejor comportamiento energético. Por eso queremos unir los conceptos, y para nosotros un Espacio de Alto Rendimiento Energético es un espacio con un diseño funcional.
El diseño funcional: el comienzo del ahorro
El ahorro energético en un espacio empieza por su diseño. A menudo pensamos que ahorrar energía es una cuestión meramente técnica que atañe únicamente a la selección de materiales y equipos para las instalaciones. Sin embardo el espacio que mejor se comportará energéticamente es el concebido para ahorrar desde el primer momento.
Una correcta dimensión del espacio ocupado nos dará la superficie más racional a climatizar e iluminar. La orientación de los edificios nos permite aprovechar mejor la luz y el calor solar, e igualmente las sombras que podamos generar nos condicionarán un consumo u otro.
La disposición interior de los espacios también es determinante. Si los espacios con ocupación intensiva los ubicamos en las zonas más favorables conseguiremos reducciones de consumo.
El diseño de los puestos de trabajo es fundamental. Productos que permitan incluir iluminación de proximidad permitirán apagar la luz general en momentos de baja ocupación. Sensores de presencia pueden hacerlo de manera automática. La habilitación de espacios específicos de concentración o privacidad, unida a una regulación por zonas del sistema de climatización, puede permitirnos de igual forma desconectar la climatización general en momentos de baja ocupación.
Pero el espacio debe estar diseñado de forma que nos permita hacer todo esto sin que los usuarios pierdan prestaciones operativas. Un diseño específico orientado a consumir menos: el diseño funcional.
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