El espacio de trabajo
En los equipos directivos de todo el mundo, los CEO están empezando a admitir que el compromiso de los empleados es un asunto importante que afecta a los resultados de la empresa así como las características del espacio de trabajo. Esto se debe a que existe una clara relación entre compromiso y rendimiento. Los trabajadores que se involucran de forma positiva son capaces de desarrollar nuevos productos y servicios, encontrar nuevos clientes, innovar, y contribuir a las ventas y el crecimiento de la organización. Sin embargo, a muchas empresas les cuesta identificar los factores que afectan al compromiso de los empleados y pocas saben cómo lograr que este aumente.
Creemos que el espacio de trabajo puede ayudar. Diversos estudios nos muestran cómo las organizaciones líderes en todo el mundo están utilizando la ‘vuelta a la oficina’ como solución a este problema. Las personas pueden ser más eficientes si comparten un espacio físico en el que se fomente la comunicación y la colaboración. Algunas de las mejores decisiones nacen de las conversaciones que tienen lugar en los pasillos y en la cafetería, de conocer a nuevas personas y de las reuniones improvisadas de equipos. Trabajar en una empresa no solo consiste en realizar el trabajo diario, también se trata de interactuar y de tener experiencias que solo son posibles en la oficina.
Estas organizaciones saben que necesitan reunir a las personas, pero también saben que esto se debe hacer en un espacio diferente al que estamos acostumbrados, porque la forma en la que trabajamos hoy en día ha cambiado. Las herramientas y las competencias son diferentes.
La oficina debe convertirse en un espacio a donde las personas quieran ir porque pueden realizar las tareas que les permiten rendir más y ser más productivas. Para esto, es necesario comprender realmente no solo lo que las personas quieren, sino también lo que las personas necesitan, y, por lo tanto, potenciar el compromiso ofreciéndoles bienestar físico, cognitivo y emocional.
Estos espacios necesitan ser diseñados como destinos que ofrecen elección y control sobre dónde y cómo trabajar, teniendo en cuenta las diversas actividades que las personas realizan en el trabajo: concentrarse, aprender, socializar y colaborar; tanto de manera individual como en grupo con puestos asignados o compartidos.
En definitiva, la oficina necesita convertirse en un ecosistema de espacios interconectados e interdependientes que facilitan el bienestar físico, cognitivo y emocional de las personas que trabajan en ella, y esta es la forma en la que el espacio puede ayudar a mejorar el compromiso y, por lo tanto, la productividad de las personas.
¿Cómo es tu espacio de trabajo? En este tablero de Pinterest, Oficinas en el Mundo, os mostramos algunos ejemplos de espacios de trabajo.
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