Energía solar térmica en oficinas
En el artículo anterior os contábamos por qué la instalación de la energía solar en oficinas puede ser una opción muy rentable. Hoy, vamos a ver el caso de la energía solar térmica, aquella que aprovecha directamente el calor del sol. Sus aplicaciones son fundamentalmente dos: la producción de agua caliente sanitaria y la calefacción.
Este tipo de energía está indicado en los sistemas de calefacción a baja temperatura como los conocidos suelos radiantes de los que os hablamos en anteriores artículos.
Los sistemas de energía solar térmica funcionan con un circuito primario y otro secundario. En el circuito primario se toma el calor del sol y se almacena en forma de agua caliente en un depósito acumulador. El calor se aprovecha mediante un circuito secundario de calefacción o agua caliente sanitaria, o con cualquier otro proceso.
En oficinas el uso de agua caliente sanitaria no es relevante ni tampoco suele haber otros procesos que demanden calor, pero sí es importante la calefacción puesto que contribuye en gran medida al bienestar de los usuarios.
Mediante el circuito secundario de la instalación solar térmica podemos abastecer las necesidades de calefacción de nuestra oficina. El aprovechamiento de energía solar será muy elevado ya que las horas de radiación solar coinciden con la jornada laboral en la que los trabajadores se encuentran en la oficina.
Además, este aprovechamiento se puede llevar a cabo más allá de las horas de la radiación solar gracias al depósito acumulador, que puede “guardar” el calor para su uso durante algún tiempo una vez se haya ido el sol.
En ciudades muy frías, en las que hay muchos meses en los que es necesario encender la calefacción, esta opción es idónea para ahorrar energía de forma respetuosa con el medio ambiente y obteniendo una elevada rentabilidad.
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