Hoteles sostenibles, una filosofía
El etiquetarnos como hotel sostenible es muy bueno para nuestro negocio por varias razones. Si somos capaces de ejecutar las actuaciones necesarias de la forma más conveniente obtendremos una poderosa herramienta de marketing gratuita, un nicho de clientela creciente cada vez más atractivo y una rentabilidad económica asociada al menor gasto energético.
Para que todo funcione de la mejor manera lo más importante es hacer de la sostenibilidad una parte de nuestro ideario. Debemos verla como una filosofía y hacer de ella un elemento de nuestra estrategia.
Si nos limitamos a acciones tipo parche o maquillaje corremos el riesgo de incurrir en contradicciones que los usuarios no tardarán en poner de manifiesto. Hoy en día los canales de comunicación en el mundo hotelero están muy abiertos y cada vez pesan más las opiniones de los usuarios manifestadas a través de los comentarios en medios de internet.
Desde este punto de vista es muy importante la solidez y coherencia del argumentario ya que al final es la percepción que los clientes trasladarán.
La filosofía de sostenibilidad en el sector hotelero español encaja perfectamente con el perfil del país muy asociado a sus recursos naturales. Por lo tanto toda la comunicación que se genera en torno a la sostenibilidad es coherente con el discurso global. Si además está respaldada por la solidez de nuestras acciones adquiere un gran peso tanto a corto como a largo plazo.
Adquirir esta filosofía implica hacer las cosas por convicción, no por obligación. Así de una forma natural trasladaremos el concepto a muchas parcelas de nuestra actuación. Un punto muy importante a tener en cuenta es que ello no tiene por qué ser a costa de un mayor gasto económico. Hoy en día las actuaciones medioambientales adecuadamente estudiadas pueden incluso suponer una fuente de rentabilidad.
A este respecto tienen especial significación los sistemas de producción de energías renovables que pueden llevarnos a una importante reducción de nuestra factura energética.
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