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Bienestar en climatización y consumo casi nulo, la ecuación ideal para un hotel

En un hotel tenemos que combinar la mejor experiencia para los clientes con un nivel de coste asumible. El correcto equilibrio entre ingresos y gastos es la clave para que cualquier unidad de negocio funcione. Pero ¿existe una ecuación perfecta que proporcione las mejores prestaciones con el mínimo gasto? Vamos a comprobarlo.

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Rentabilidad de la Microcogeneración II

Analizábamos en un artículo anterior la rentabilidad de la microcogeneración desde un punto de vista simplificado. Vamos a realizar ahora un análisis complejo mucho más preciso introduciendo una serie de consideraciones adicionales.

La primera de ellas es que una instalación de microcogeneración nunca se puede presentar aislada. Su producción eléctrica y térmica es constante mientras que las curvas de consumo no lo son, y un correcto dimensionado nos llevará siempre a equipos cuya producción quede por debajo de las curvas de demanda. Por lo tanto debe haber sistemas de apoyo para producir la energía térmica faltante y además debemos estar conectados a la red para cubrir el resto de la demanda eléctrica.

Espacios de Alto Rendimiento Energético

El concepto de Alto Rendimiento Energético

Hoy en día necesitamos encontrar factores de competitividad en la empresa y sin duda el coste energético que soportamos es uno de ellos. A menor coste energético por unidad de producción mayor competitividad de nuestro negocio.

Por su parte, cuando analizamos el coste energético como factor de competitividad vemos que el elemento que más lo condiciona es el equilibrio entre inversiones y consumos en nuestras instalaciones. Cuanto menos consuman mejor, pero al consumo como coste hay que sumar la amortización de los equipos; por lo tanto es la suma de ambos términos la variable a optimizar.

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El coste energético como factor de competitividad

Hoy en día todas las organizaciones se esfuerzan en ser más competitivas, en producir más a menor coste. Desde este sencillo punto de vista la reducción del coste energético es un factor de competitividad. Sin embargo existe la percepción de que es un coste sobre el que no se puede actuar ya que muchas veces se considera ligado a la estructura de los inmuebles.

Antes de seguir hay que hacer una precisión: cuando hablamos de reducción de costes energéticos siempre hemos de tener claro que hablamos de mantener los estándares de confort en los espacios. Una reducción de costes basada únicamente en reducir niveles de confort nos puede llevar a falsas sensaciones de ahorro, perdiendo en productividad lo que “ganamos” en menos gasto energético y conduciéndonos a espirales decrecientes en la competitividad de las organizaciones.

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