Durante los años de bonanza económica una de las claves más repetidas en la estrategia empresarial ha sido la retención del talento. Sin embargo la crisis ha hecho cambiar esta idea; hoy en día la percepción es que hay talento de sobra disponible en el mercado al precio que queramos. La retención de talento ha dejado de ser una prioridad. Grave error.
Hoy en día el concepto de sostenibilidad forma parte ya de nuestro lenguaje cotidiano. Si no logramos un desarrollo sostenible estamos comprometiendo ya no solo la calidad de vida, sino la vida misma de las próximas generaciones. Afortunadamente el nivel de concienciación en este ámbito ya está generalizado en nuestra sociedad.
En cuestiones de sostenibilidad y medio ambiente siempre tenemos la duda de si hay que hacer las cosas por ética o por su rentabilidad. Está claro que todos tenemos una tendencia natural hacia el compromiso, pero también miramos la rentabilidad de lo que hacemos. Es el eterno dilema entre razón y corazón.
