El espacio de trabajo afecta profundamente al bienestar físico, cognitivo y emocional de las personas que trabajan en él. Se deben tener en cuenta: sostenibilidad, luz, ergonomía, acústica, acceso a la privacidad, una gama de opciones de puestos de trabajo, etc.
Anteriormente hemos hablado de la importancia de disponer de una tipología de espacios de trabajo entre los que poder elegir. Pero también debemos ofrecer soluciones que animen a las personas a sentarse, permanecer de pie y moverse a lo largo del día. Es decir, una tipología de posturas. Encontrar maneras para aumentar el movimiento en el trabajo es una pieza importante del rompecabezas del bienestar.