La visión de la organización: cerrando el círculo

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La visión de la organización: cerrando el círculo

Vamos a definir la visión de la organización como el conjunto de dos escenarios, uno presente que define lo que hacemos actualmente para cubrir nuestras necesidades del día a día, y un escenario futuro que sirve como punto de referencia para orientar las tareas que realizaremos próximamente. Es este escenario futuro lo que caracteriza la visión, sin él no tenemos la visión completa.

Recordando un antiguo dicho popular en las organizaciones nos encontramos con frecuencia con el problema de que los árboles nos impiden ver el bosque. El escenario presente son los árboles y el escenario futuro es el bosque. Si nos falta esa visión de conjunto no sabemos hacia dónde vamos y deambulamos de forma errática dejando nuestra suerte al azar.

Ello no quiere decir que necesariamente nos tenga que ir mal. Podemos estar encomendados al azar e irnos bien las cosas de forma indefinida; de hecho este ha sido el modelo de muchas empresas en la situación anterior a la crisis. Pero evidentemente estamos sujetos a que esto en cualquier momento puede cambiar. Hoy en día los cambios en el entorno son cada vez más constantes y por lo tanto encomendándonos al azar las probabilidades de éxito son cada vez menores. Esta reflexión nos lleva a considerar la visión de la organización como un factor de éxito.

Cada uno de estos escenarios está compuesto por los objetivos que tenemos y las tareas que realizamos. Hemos visto en artículos anteriores cómo realizar de forma seria y rigurosa un inventario de los objetivos y las tareas. Por resumir ahora recordaremos que se trata de un ejercicio en dos etapas, una de reflexión individual y otra de puesta en común en grupo. Esta última es muy importante ya que cuando reflexionamos sobre nuestras tareas y objetivos tendemos a contaminar las conclusiones con nuestras apetencias, deseos e ilusiones subjetivas y punto de vista de los demás ayuda a superar esta contaminación.

Una vez inventariados estos objetivos y tareas lo primero que hay que decir es que las segundas son consecuencia de los primeros. Un primer análisis nos dirá qué tareas están alineadas con nuestros objetivos y cuáles no, pero esto será objeto de comentario en artículos posteriores. Ahora nos interesa quedarnos con los objetivos y recordar que podemos clasificarlos en dos grandes grupos: objetivos de dirección y objetivos de orientación.

Los objetivos de dirección responden al escenario presente, en cómo gestionar “los árboles” del dicho popular. Los objetivos de orientación responden al escenario futuro, y nos marcan el camino para poder salir “del bosque” del que habla el dicho.

El inventario de tareas y objetivos completan los escenarios presente y futuro que definen la visión de nuestra organización. Si somos capaces de realizarlos correctamente habremos dado un paso muy importante hacia el éxito.

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